Sinceramente, me encanta imaginarme sentada en mi cuarto escribiendo en mis hojas de papel, el sueño que alguna vez sentí lejano y ahora estoy escribiendo un artículo de ello; ahí te va lo que sentí...
Recuerdo esos días en los que este sueño parecía estar a años luz de distancia. Me veía sentada en mi rincón favorito, dejando que las palabras fluyeran como río sin rumbo en las páginas de mi cuaderno. Pero no, nunca pensé que ese escenario fuera real. Era algo que reservaba en la categoría de "algún día, tal vez".
Es una sensación agridulce, porque mientras escribo sobre esto, siento la distancia que hemos recorrido, las dudas que hemos superado y las pequeñas victorias que nos han llevado hasta aquí. Hubo momentos en los que las hojas en blanco me intimidaron más de lo que puedo admitir, y cuando las palabras parecían esquivas, pero cada vez que elegí no rendirme, nos acercamos un poco más.
Hoy, mientras suelto estas palabras en el papel, no puedo evitar sentirme agradecida. Agradecida por las veces que me animé a empezar de nuevo, por las veces que me permití cometer errores y aprender, por las personas que me alentaron y las que me desafiaron. Cada paso, cada caída y cada pequeño avance han dado forma a esta página en blanco.
Sé que todavía hay mucho camino por recorrer, muchas palabras por escribir y muchas historias por compartir. Pero en este momento, mientras veo que las letras llenan la página, siento una mezcla de emoción y orgullo. Porque este es un testimonio de que incluso los sueños más lejanos pueden convertirse en realidad si nos atrevemos a creer en ellos y a dar el primer paso.
¡Oye Sol!:
Gracias por ser parte de este proceso, leerme, escucharme y compartir conmigo muchos momentos de tu vida. ¡A brillar juntos!
Kommentare